Si descubres que tu hijo está acosando a otro niño:
Escucha sin negar ni justificar.
Pregunta, infórmate y mantén la calma. La negación sólo retrasa la solución.
Habla con él desde la calma.
Pregunta qué pasó, por qué actuó así y cómo cree que se sintió la otra persona.
Entender no es justificar, es el primer paso para cambiar.
Trabaja la empatía y la reparación.
Explícale las consecuencias y ayúdalo a ponerse en el lugar del otro.
Propón disculpas, gestos amables o cambios de conducta.
Pon límites claros y firmes.
El bullying no es “una travesura”. Marca que está mal y aplica las consecuencias proporcionadas.
Si se repite, busca ayuda profesional.
Puede haber inseguridad, imitación o dificultades emocionales.
Un psicólogo puede guiar el cambio antes de que escale.
Mirar lo difícil a tiempo es clave para ayudar a tu hijo a crecer responsable y empático.