La rivalidad es una de las formas de relación más frecuentes en el comportamiento natural entre hermanos. No es un comportamiento constante sino variable. Es decir, hay etapas en las que los niños(as) discuten o se pelean mucho entre ellos(as) y otras en las que apenas intercambian alguna que otra ofensa.
La rivalidad entre hermanos es la competencia por un “premio” que puede llegar a ser el amor, la atención y reconocimientos de mamá o papá.
✍🏼Estrategias:
MENTE OCUPADA:
Mantenerlos ocupados, ya que aburridos tienden más a pelearse. Durante las vacaciones de verano, insistir en que todos tengan un trabajo: campamentos, lavar el auto, etc.
CITA CON PAPÁS:
Una vez al mes tener una entrevista privada y especial con cada uno, en un lugar privado, donde no haya interrupciones. Debe durar de 30 a 60 minutos. Es el tiempo para conocer lo que piensa de la escuela, de sus amigos, de usted. Es el momento de preguntarle si tiene alguna sugerencia para cambiar las reglas o los hábitos de la familia.
Planear la reunión con anticipación, no improvisar, esto hace que ellos se sientan realmente IMPORTANTES para usted.
FORMAS DE PENSAR:
Todos pensamos diferente, el tipo de disciplina y las relaciones abiertas, así como la actitud positiva de los adultos, crean el clima adecuado para que puedan y quieran expresar deseos, opiniones, sentimientos y vivencias, logrando así que los demás le conozcan, le acepten y se sienta reforzado en su modo peculiar de ver las cosas.
LIBERTAD CON DIRECCIÓN:
Permitirle que organice su tiempo libre manteniendo inalterable el compromiso de realizar sus actividades.
TODOS COOPERAMOS:
Repartir responsabilidades en casa y asegurar que se lleven a cabo determinadas tareas.
METAS A CORTO PLAZO:
Poner en práctica rápidamente los acuerdos a los que se llegaron en la junta.
DECISIÓN:
Hacer que ordene habitualmente sus cosas y juguetes, a su gusto.
ACEPTACIÓN:
Ayudarle sin juicios de valor a que reconozca sus propios errores, los asuma y se responsabilice de las consecuencias de sus actos, evitando castigos o sanciones desproporcionadas.
EMPATÍA:
Acostumbrarle a que cuando vea a sus hermanos(as) tristes, se entere de las razones y permitir se comuniquen sus sentimientos y soluciones.
• Ayudarles a que identifiquen y expresen en cada situación concreta lo que les gusta y lo que quieren.
• Enseñarle a ponerse siempre en el lugar de otro. Esto es, preguntarle: “¿Cómo crees que se haya sentido cuando le dijiste tonta?, ¿A ti te gustaría que te dijeran así?”
• Evitar asignar etiquetas. Reñir o quejarse de uno de los hijos estando el presente o emitir juicios de valor que los etiqueten como el bien portado el travieso, el inquieto y el tranquilo.
• Evite compararlo con hermanos y compañeros de colegio.