De PRADO MAILLARD, EVELYN / ESCRITOR AMAYA GUERRA, JESUS / ESCRITOR
Segunda Parte
¿CÓMO DISCIPLINAR A LOS HIJOS?
La disciplina abarca todo el proceso de entrenar, incluye el buen ejemplo de los padres (los padres no disciplinados no pueden disciplinar a sus hijos), requiere que haya un ambiente de amor, paz y armonía, debe haber mucha expresión de estas cualidades tanto en hechos como en palabras.
Los padres deben aprobar y elogiar toda obediencia de sus hijos, por el contrario, deben desaprobar y corregir (mediante consecuencias claras y constantes) desde temprana edad toda conducta negativa o desajustada de las normas y valores establecidos, pues es un acto de amor poner límites.
La disciplina debe ser administrada por ambos padres, deben actuar en común acuerdo y lograr hablar en privado al respecto, para que los hijos no adviertan falta de congruencia o división entre ellos. Sin caer en la crueldad ni abusar de la fuerza física; evitar las críticas, las burlas, corregir con paciencia y amor, sin desquitar la propia frustración o variar la corrección según el estado de ánimo, además, aplicar imparcialidad, no humillarlos, ni avergonzarlos; en caso de cometer algún error en ello, es bueno reconocerlo y disculparnos al respecto. No hacer amenazas, cumplir siempre las consecuencias anunciadas, que sepan con claridad lo que esperamos de ellos, teniendo en cuenta que las expectativas que tengamos, sean acordes a su edad y características.
Asimismo es importante hacerles caso, mirarlos y ser congruentes en la atención que pedimos de ellos cuando les hablamos, al ofrecerles también la nuestra cuando la requieran.
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