Este se hace presente tras un periodo de normalidad aparente, luego del cual emergen anomalías que implican un retraso e incluso una regresión en su desarrollo (limitaciones respecto a mostrar, enseñar, compartir, expresar, imitar, o socializar).
¿Cómo sucede?
Para comprenderlo, se analiza tanto la información retrospectiva que aportan los padres como videos familiares.
En ese sentido se puede sintetizar lo siguiente:
1. Los primeros síntomas son siempre observados en primer lugar por los padres, a partir del año y medio en adelante (correspondientes al índole
social, interpersonal e intersubjetivo).
2. Para detectarlo o descartarlo es necesario observar las habilidades de atención conjunta que el infante ha logrado, así como aquellas que se le
han dificultado, de acuerdo a su etapa de desarrollo.
3. Entre las variaciones del trastorno, la más habitual es de tipo regresiva.
4. No existe relación entre el momento en que inicia la sintomatología con su evolución o pronóstico posterior, sin embargo, estos últimos pueden ser
más favorables si se identifica y atiende tempranamente.
Señales de alerta a partir de los 12 meses de vida:
5. Menor uso del contacto ocular.
6. Ausencia de respuesta al escuchar su nombre.
7. No mostrar ni señalar objetos.
8. No mirar hacia lo que señala el adulto.
Pide tu cita https://bit.ly/CREACitas 33 1070 9082 33 3165 0944
Av. Naciones Unidas 4618-1 Col. Jardines. Universidad. Zapopan, Jalisco.