Entre los 6 y 8 años, los niños comienzan a compararse con su yo del pasado .
Empiezan a compararse con sus compañeros y desarrollan una percepción más realista de sí mismos, lo que puede afectar o beneficiar su autoestima .
La autonomía e independencia infantil son claves en su desarrollo que indican una adecuada salud emocional, les generan las herramientas de protección y seguridad que requieren en sus relaciones sociales.
¿Cómo podemos ayudarles?
Refuérzales positivamente, destacando sus logros y esfuerzos.
Fomenta la confianza en sí mismos mediante retos pequeños
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Ayúdales a comprender que compararse no siempre es útil, cada uno tiene su propio ritmo y talentos.