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¡Adiós pañal! Yo puedo ir al baño.

¡Adiós pañal! Yo puedo ir al baño.

Signos de madurez

hace 1 año

El “dejar el pañal” es una de las etapas que pueden parecer más complicadas para los padres, debido a que implica estar alertas a las señales de cambio en nuestros hijos, observar su incomodidad física y comenzar a disciplinarnos en la enseñanza de este hábito. Existen algunos factores de consideración para un APRENDIZAJE EFICAZ: 

NEUROMUSCULAR: Signos de Madurez.

  • Con su conducta anticipa y está consciente de su anticipación, esto es, avisa que quiere hacer pipí o popó.
  • Se siente molesto(a) cuando tiene sucio el pañal.
  • Amanece o despierta seco de las siestas.
  • Tiene la habilidad de ir al baño y bajarse los pantalones.
  • Puede brincar y saltar coordinando ambos pies.
  • Puede vaciar de un vasito a otro.

 

EMOCIONAL: Jugar juegos paralelos.

  • Puede permanecer más tiempo sin estar cerca de mamá o papá.
  • Explora de manera libre.
  • Muestra mayor autonomía e independencia en su juego y en sus habilidades personales como vestirse, comer, dormir, bañarse, etc.
  • Juega Tirar pelotas, piedras o cualquier otro objeto para luego recolectarlas de nuevo.
  • Jugar con agua (goteros, vasitos, esponjas, coladeras).
  • Jugar con otras texturas como lodo, arena, plastilina o masita.
  • Juega con un muñequito y hacer la escenificación de que va al baño.

 

COGNITIVA: Tip para enseñarle.

  • Leer con él libros que describen el proceso o ver imágenes.
  • Enseñarle las partes de su cuerpo y su funcionamiento.
  • Explicarle lo que va a hacer cuando acuda al baño y que señales corporales le avisan necesidad de hacerlo.
  • Platicar para hacerle saber qué es lo que esperamos que haga.

 -   Describir por medio del juego la sensación del cuerpo al momento de sentir ganas de ir al baño y al estar en él.

  • Inventar una canción sencilla.
  • Mostrarle su pañal antes de desecharlo y encargarle que lo lleve al basurero.
  • Cuando el pañal tiene popó, depositar la parte más sólida en el escusado y decirle “adiós”.

Se recomienda:

Evitar pleitos (prepararse y tener paciencia, cuidando el aspecto emocional).

Planear el proceso (cuándo empezar, quiénes participarán, llevar cambios de ropa, bolsas de plástico en la pañalera, etc.).

Elogiar cuando haga pipí o popó en el baño. Evitar los castigos ante los accidentes.

Eliminar pañales; usar ropa y calzado fácil de quitar.

Dejarlo sin pañal unos días para que vaya experimentando sensaciones que quedan amortiguadas con el pañal.

Controlar el tiempo que aguanta entre cada micción (1-1.5 horas).

Sentarlo todos los días en horas habituales en que suele defecar.

Explicarle “tu pipí y tu popó tienen que salir y tú les tienes que ayudar”.

El primer día de entrenamiento hay que llevarlo al baño cada media hora, pero sin forzarlo.

Evitar dejar al niño mojado o sucio como castigo, ya que de esta manera no se da un aprendizaje positivo.

El entrenamiento, dependiendo de la madurez del niño, puede durar de una semana a un mes.

Pueden presentarse bastantes accidentes aun cuando ya haya controlado esfínteres, por ejemplo, cuando esté jugando muy concentrado.

Generalmente el control nocturno se logra un poco después que el diurno. 

“El éxito del control de esfínteres y el aprendizaje es la constancia y la paciencia”.